miércoles, 24 de marzo de 2010
RESÚMEN HISTÓRICO
Probablemente, desciende, como todos los mastiffs, de los Molosoides del Epirus y de los molosos del lmperio Romano, parientes del Bulldog Inglés, de los Alanos de la Edad Media, y doguillos de Francia. El Bulldog Francés, que nosotros conocemos, es el producto de diferentes cruces realizados por criadores entusiastas de los barrios populares de París sobre 1880. En esa época era el compañero de los trabajadores del mercado central de París, "Les Halles", carniceros y cocheros. Sin embargo, supo muy pronto conquistar la alta sociedad y el mundo de los artistas por su físico particular y su carácter. Así pues, se propagó rápidamente. El primer club de esta raza se fundó en 1880 en ParÕs. El primer registro de inscripción data de 1885, y el primer estándar se estableció en 1898, año en el cual la Sociedad Central Canina francesa reconoció la raza. El primer Bulldog Francés fue exhibido en1887. El estándar, modificado en 1931, 1932 y 1948, fue revisado en 1986 por H.F. Reaut y luego, en 1994, por el Comité del Club del Bulldog Francés, con la colaboración de R. Triquet.
Los Transtornos del Bull Dog
El trastorno obsesivo compulsivo es una conducta repetitiva, persistente, invariable, sin función obvia, que interfiere con el comportamiento normal.
Se da tanto en perros como en gatos. El ejemplo clásico de esta conducta es el del perro que se murde la cola. Otro puede ser el del animal que se lame demasiado o que se mordisquea las patas, llegando incluso a producirse heridas.
Hay gente que toma esto como algo normal y hasta le causa gracia, pero esta conducta de los animales va progresando y llega a casos muy graves, donde incluso, a veces hay que amputar algún miembro.
Sucede que tocan el timbre o una persona llega a casa o nos ponemos a conversar con alguien y el perro comienza a perseguirse la cola o lamerse. Siempre que hay algo que desequilibra al animal, y que le produce una gran ansiedad, su respuesta es llamar la atención de esta manera.
Algunos autores apuntan a causas genéticas, ya que hay razas que son muy propensas a sufrir estos trastornos obsesivo compulsivos. El Bull Terrier es el ejemplo típico de perro que se muerde la cola. El Doberman es muy común que se lama hasta producirse heridas. En los gatos orientales se da mucho el exceso de acicalamiento.
También hay un factor neurológico, un desequilibrio entre los niveles de ceretonina y dopamina en el cerebro de estos animales que explica, para algunos autores, este comportamiento. De ahí que exista medicación destinada a tratar este trastorno.
También se recurre a las terapias conductuales para tratar de solucionar el problema. Una solución que puede resultar práctica es proporcionar ejercicio físico y atención al perro. Y el jugar con el animal es un actividad que contempla ambos factores.
La estímulos disruptivos son otro recurso. Por ejemplo, utilizar pimienta o alguna sustancia desagradable para que el animal no se muerda puede funcionar. Pero ante una herida, lo primero es la consulta con el veterinario para tratar la propia lastimadura, que, puede llegar a ser grave y que presenta riesgos por sí misma.
Cabe aclarar que esto no es aplicable a los cachorros, que a veces se muerden la cola por la novedad que les resulta en su exploración del cuerpo.
También se puede prevenir este trastorno tratando que el cachorro tenga la mayor cantidad de estímulos posibles y que no tenga un síndrome de privación ni ninguna otra carencia emocional.
Problemas de conducta
Los problemas de conducta no deben ser ignorados. Estos problemas muy pocas veces desaparecen por si solos y casi siempre tienden a empeorar. ¡No esperes! Muchas veces el tratamiento de un problema de conducta, diagnosticado a tiempo, sería sencillo de resolver, pero desgraciadamente cuando los dueños deciden ponerse en manos del especialista, es demasiado tarde y el comportamiento está muy arraigado, haciendo más difícil su recuperación.
Educar a nuestras mascotas no es complicado. Requiere ciertas dosis de paciencia, tiempo y dedicación. El secreto está en aplicar las técnicas del aprendizaje animal y aprender las bases del lenguaje canino. Dueños y perros aprenden más fácilmente si existe una buena comunicación entre ellos, con juegos, deportes y disfrutando de su compañía mutua divirtiéndose.
Finalmente tenemos que tener claro que nuestra responsabilidad al adquirir una mascota es asegurarnos que tiene el suficiente estímulo físico y mental para desarrollarse saludablemente. Con ello conseguiremos que llegue a ser ese amigo y compañero fiel que tanto deseábamos.
Educar a nuestras mascotas no es complicado. Requiere ciertas dosis de paciencia, tiempo y dedicación. El secreto está en aplicar las técnicas del aprendizaje animal y aprender las bases del lenguaje canino. Dueños y perros aprenden más fácilmente si existe una buena comunicación entre ellos, con juegos, deportes y disfrutando de su compañía mutua divirtiéndose.
Finalmente tenemos que tener claro que nuestra responsabilidad al adquirir una mascota es asegurarnos que tiene el suficiente estímulo físico y mental para desarrollarse saludablemente. Con ello conseguiremos que llegue a ser ese amigo y compañero fiel que tanto deseábamos.
EDUCACIÓN: ser coherente y consecuente.
Según el Doctor Robert K. Anderson, Doctor en Veterinaria y especialista en Conducta Canina por el Colegio de Veterinarios Americanos de Medicina Preventiva, los cachorros empiezan a aprender al nacer y sus cerebros están especialmente receptivos a retener las experiencias que tengan lugar durante sus primeras 13-16 semanas de vida. Es decir, con una educación temprana del cachorro, aprovecharemos esta etapa crucial de su desarrollo en la que tiene mayor capacidad de aprendizaje.
También es importante evitar que sufra experiencias traumáticas en este periodo o que aprenda conductas no deseables.
La educación básica incluye una serie de órdenes sencillas que nos ayudarán a controlar al perro y evitar que se convierta en un peligro para otros o para si mismo. Con los métodos de educación utilizando refuerzo positivo nos aseguramos la relación de confianza perro-dueño y evitamos conductas agresivas provocadas por el miedo, muy típicas del adiestramiento tradicional. Por eso, para educar a nuestro perro evitaremos utilizar el castigo físico para erradicar una mala conducta (agresividad provoca agresividad) y nos centraremos en premiar las conductas deseables para que tiendan a repetirse. Basaremos la educación en una relación de respeto y afecto con nuestra mascota.
También es importante evitar que sufra experiencias traumáticas en este periodo o que aprenda conductas no deseables.
La educación básica incluye una serie de órdenes sencillas que nos ayudarán a controlar al perro y evitar que se convierta en un peligro para otros o para si mismo. Con los métodos de educación utilizando refuerzo positivo nos aseguramos la relación de confianza perro-dueño y evitamos conductas agresivas provocadas por el miedo, muy típicas del adiestramiento tradicional. Por eso, para educar a nuestro perro evitaremos utilizar el castigo físico para erradicar una mala conducta (agresividad provoca agresividad) y nos centraremos en premiar las conductas deseables para que tiendan a repetirse. Basaremos la educación en una relación de respeto y afecto con nuestra mascota.
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