Según el Doctor Robert K. Anderson, Doctor en Veterinaria y especialista en Conducta Canina por el Colegio de Veterinarios Americanos de Medicina Preventiva, los cachorros empiezan a aprender al nacer y sus cerebros están especialmente receptivos a retener las experiencias que tengan lugar durante sus primeras 13-16 semanas de vida. Es decir, con una educación temprana del cachorro, aprovecharemos esta etapa crucial de su desarrollo en la que tiene mayor capacidad de aprendizaje.
También es importante evitar que sufra experiencias traumáticas en este periodo o que aprenda conductas no deseables.
La educación básica incluye una serie de órdenes sencillas que nos ayudarán a controlar al perro y evitar que se convierta en un peligro para otros o para si mismo. Con los métodos de educación utilizando refuerzo positivo nos aseguramos la relación de confianza perro-dueño y evitamos conductas agresivas provocadas por el miedo, muy típicas del adiestramiento tradicional. Por eso, para educar a nuestro perro evitaremos utilizar el castigo físico para erradicar una mala conducta (agresividad provoca agresividad) y nos centraremos en premiar las conductas deseables para que tiendan a repetirse. Basaremos la educación en una relación de respeto y afecto con nuestra mascota.
miércoles, 24 de marzo de 2010
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